Todos los niños y niñas están desprotegidos y son inocentes de todo lo que les ocurre. Un mundo sin ellos o con niños y niñas tristes sería un mundo en el que nosotros los adultos tampoco seríamos felices. Ellos aportan tanta alegría y felicidad con sus juegos y risas que un mundo sin ellos es impensable.
¿Pero qué ocurre cuando vemos niños y niñas que no sonríen y juegan? Niños y niñas con una mirada triste y pérdida que delata que les ocurre alguna cosa. El maltrato físico y verbal da lugar a niños y niñas tristes y es responsabilidad de los adultos que les rodean intentar solucionarlo, especialmente de los familiares de esos niños y niñas.
Los padres que golpean a sus hijos o hijas suelen estar frustrados con su vida o sufren alguna adicción, y hay que recordar que un niño o niña que ha sido golpeado no es un ser feliz y puede que en el futuro trate a sus propios hijos o hijas igual que le han tratado a él o ella. Hay que romper este ciclo. Las heridas abiertas con el maltrato casi nunca sanan por completo y a mayor número de ellas, también mayor será la posibilidad de que al crecer el niño, sea una persona débil, cargada de rencores, con una autoestima baja y con dificultad para gestionar sus emociones; en resumen ,una persona incapacitada para ser feliz y muy probablemente para dar felicidad. Debemos evitar el maltrato de un niño o niña con todas nuestras fuerzas e intervenir si es necesario para detenerlo.
En esta historia en audio llamada “Mi hija y su marido golpean a sus hijos” se plantea el dilema al que se enfrenta una abuela que se da cuenta del abuso que sufren sus queridísimos nietos… por su propia hija y el marido de ésta. Al final de la historia se plantean tres posibles formas de actuar entre las que la abuela puede elegir y que nos llevan a tres desenlaces de esta historia completamente diferentes.
En la primera posible solución, la abuela intenta hablar con su hija y su yerno pero tras un enfrentamiento con ellos toma una decisión que la lleva a alejarse del problema ya que siente que no puede hacer nada para solucionarlo.
Otra posible forma de actuar de la abuela presenta como segunda solución presentada consiste en que la abuela habla con su hija cara a cara sobre el maltrato de sus nietos y aunque no llegan a un acuerdo, la abuela va rápidamente a un centro de terapia familiar para averiguar cómo pueden ayudar a su hija y a sus nietos; después su hija acude también a este centro para arreglar su situación familiar. La abuela encuentra una solución desde el amor incondicional que las madres sienten por sus hijos e hijas.
La tercera posible solución a la que podría llegar la abuela que se enfrenta a este problema tan grave en su familia consiste en, después de hablar con su hija y su yerno sobre el maltrato al que someten a sus nietos, amenazarles con acudir a la justicia para denunciar el maltrato a sus nietos si continua. En este caso la posible solución consiste en llevar a su yerno, y quizá su hija ante la justicia y que la custodia de los niños recaiga en un familiar cercano, quizá en la abuela de los niños. Aunque se evita que los niños sean maltratados por sus padres también hay que reflexionar sobre las consecuencias que tendrá el hecho de crecer alejados de sus padres en esos niños. La abuela actúa desde la desesperación pero no se plantea en ningún momento si la separación de sus nietos de sus padres va a tener un impacto negativo en sus queridísimos nietos.
Cómo vemos hay varias formas de actuar y la más acertada consiste en buscar ayuda de un profesional que ayude al padre o madre a controlar sus acciones y emociones y , a su vez, al niño o niña a sanar esas heridas que tiene para que vayan cicatrizando.
Recuerda que el maltrato infantil es un asunto que nos corresponde a todos y siempre debemos tratar de detenerlo con ayuda profesional para que tanto los adultos como los niños implicados se conviertan en personas sanas y felices.
Escuchar todo los audios aquí: